En la “Nueva Normalidad” primero es el equipo, después la estrategia.

En contextos volátiles, inciertos, cambiantes y ambiguos como los actuales, la sostenibilidad de las empresas depende de los equipos antes que las estrategias. Una mala estrategia bien ejecutada no obtendrá los resultados deseados, una buena estrategia ejecutada por un mal equipo tampoco. Un buen equipo, sin embargo, siempre encontrará la estrategia adecuada en el tiempo preciso.

Ante cambios súbitos en el entorno, las metas y los equipos se mantienen en el corto plazo, la adaptación estará en las estrategias y en cómo se ejecutan. La transformación empresarial o digital requerida en contextos dinámicos implica además un cambio de mentalidad en el equipo y también en su dinámica de gestión. Los equipos acostumbrados a la microgestión, tan presente en las empresas peruanas, tendrán pocas oportunidades de adaptarse a nuevas estrategias.

En estos casos, los directivos deben fomentar nuevos comportamientos en los equipos ejecutivos y gerenciales, que van más allá del empoderamiento o la descentralización de las decisiones. ¿Cuáles serían los comportamientos que debemos fomentar en nuestros equipos gerenciales? De acuerdo con Alex Osterwalder, autor del Business Model Canvas, los comportamientos que distinguen a los equipos que se adaptan con éxito a esta nueva normalidad son los siguientes:

• Orientación a los datos. Por muy veloz que deba ser la transformación, la formulación y ejecución de estrategias no puede basarse principalmente en la intuición de los ejecutivos o las percepciones de los directivos, se requiere datos. Los insights generados por los datos orientan las prioridades del plan de acción y la formulación de la estrategia. Los datos fortalecen la intuición y reducen las posibilidades de error.
• Practican el ensayo y la mejora. Durante procesos de transformación acelerados, se debe aprender rápido acerca de los riesgos que se están asumiendo en el cambio del modelo de negocio o los procesos internos. Se diseña el “ensayo” sabiendo de antemano que resultados esperamos obtener, monitoreamos los resultados con datos y mejoramos las prácticas o el cambio de supuestos de negocio con los aprendizajes obtenidos de los ensayos.
• Constantemente enfocados en el cliente. Los equipos conectan permanentemente con el consumidor a través del uso preciso de metodologías ágiles, reconociendo lo que es relevante y porqué desde su punto de vista. Los equipos buscan que las prioridades de sus acciones tengan sentido desde el punto de vista del cliente.
• Dinamismo emprendedor. Los integrantes del equipo actúan rápido y validan sus planes de acción con sentido de urgencia, se orientan al logro de entregables viables creados en marcos de trabajos ágiles y en forma creativa. Los resultados están orientados al cliente y pueden llegar al mercado en el momento oportuno.
• Enfoque iterativo en la búsqueda de soluciones. Es posible que un equipo no tenga la respuesta inmediata a un desafío de transformación, pero planifica y ejecuta diferentes tácticas hasta llegar a los resultados deseados.
•  No tienen temor de ser disruptivos. Están dispuestos a retar la forma usual de hacer negocios en la búsqueda de mejores resultados.

En nuestras empresas, al momento de obtener resultados, tradicionalmente hemos privilegiado la estrategia sobre los equipos, pero esos eran otros tiempos, ahora debemos adaptarnos a la nueva normalidad.